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Look at me.

Jimin odiaba su omega interior. De eso no había duda. Lo que había hecho la noche anterior no tenía perdón.

Lo odiaba con todo lo que tenía, y si tuviera la oportunidad de dividirse en dos y deshacerse de su lobo, sería la persona más feliz del mundo.

Desgraciadamente no era posible, y como si fuera poco, Jimin tenía que aguantar los berrinches que su omega hacía cuando entraba en celo, moviéndole la cola a cualquier alfa imponente que se le atravesara por delante, soportando el calor y el dolor de su cuerpo exigiendo a gritos aparearse.

Para su desgracia, aún no llegaba a tener un tratado de paz y ganancia con su omega. Si él decía: seamos alfa para ser respetados, su omega decía: seamos sumisos para encontrar a nuestro alfa perfecto.

No era que estuviese mal ser omega, después de todo eran aceptados en la sociedad, como simples amas de casa y familia, pero al final de cuentas aceptados, hasta bendecidos por tener la capacidad de dar a luz. Sino que además de eso, Park tenía un gran problema con su lobo interior, ninguno podía ponerse de acuerdo y llevar un trato de ganar-ganar. Porque mientras él desprendía aire de alfa superior que no le temía a nada, su cuerpo y aroma lo delataba. Y de vez en cuando le pedía caprichos de estar junto a un alfa que le brindara su amor, mimos, y calor como hace algunos años.

—Estúpido alfa, estúpido orgullo, estúpido omega interior —maldijo en voz alta, mientras llenaba las recetas de otros pacientes.

Desde la noche anterior no podía quitarse de encima ese olor a sándalo de sus fosas nasales, era como si lo tuviera en la punta de su nariz. Y desde entonces, Jimin se negaba a darle más vueltas al asunto.

Admitía que se sentía extraño... Como si hubiera una atracción oculta que hacía a su omega anhelar por Jungkook. Quizá había estado muy enojado como para prestarle atención a ese click que hubo cuando se vieron.

—¿Por qué te tiene que pasar esto justamente con un paciente, Park Jimin? —se regañó a sí mismo, soltando un gruñido de frustración. Deja las recetas de lado y pone sus manos en su rostro, avergonzado—. He estado muy bien desde que me divorcié de Chanyeol. ¿Entonces por qué ahora?

¿Caer tan bajo solo por querer tener la atención de Jungkook? Ese definitivamente había sido su lobo cegado por el placer. Y se odiaba, porque desde que había pasado lo anterior, no podía dejar de pensar en él y en su aroma tan fuerte y exquisito, como su omega se había calentado tan rápido al tener a un alfa de aquella magnitud sobre él.

Deseaba arrancarse la nariz para evitar ese tipo de encuentros sin tener algún efecto.

Pero no lo negaba. Jungkook era el tipo de alfa que a él le atraía. No se veía como un idiota que trataba de cortejar al primer omega de cara bonita que se le atravesara. Tampoco como un imbécil que pensaba con la cabeza de abajo.

Se veía serio, imponente, y el hecho de que fuera un alfa policía solo lo hacía calentarse más.

Tan demandante, dando órdenes a los novatos con esa fuerte voz varonil... Imaginándose lo bien que sería tenerlo con el uniforme, aquel que debía resaltar su buen cuerpo, mientras Jungkook le abría las piernas lentamente y se posicionaba para...

—¡Ya basta! —Jimin cerró los ojos y mandó a volar las recetas que tenía en sus manos al rincón de la habitación—. Pediré que le cambien de doctor. No puedo seguir viéndolo si me voy a poner de esta manera —gruñó a la nada.

—Doctor Park —llaman a la puerta, distrayéndolo un segundo de su lucha interna.

Jimin se calmó, no podía permitir que lo mirasen de aquella manera.

Suspiró profundamente y recogió las recetas del suelo que antes había dejado caer. Con un ligero "Pase" que apenas se escuchó desde adentro, la enfermera entró al despacho.

—El paciente Jeon despertó —avisó.

Jimin se tensó por segundos, algo muy dentro suyo se emocionaba y temblaba. Pero como si nada hubiera pasado, relajó sus hombros.

—¿Ahora qué pasó? ¿Está intentando escapar por la ventana? ¿Golpeó a nuestro oficial? ¿Qué hizo? —preguntó, rodando los ojos.

No hace falta mencionar que desde la desastrosa primera impresión, Jimin se esperaba de todo.

Lia lo miró entre divertida y sorprendida. Vaya que se había quedado con una impresión bastante mala del paciente, y eso que Park era uno de los doctores más... ¿pacíficos?

—No realmente, pero solicita su presencia... En realidad, solicitó la de un doctor pero cuando Minhyun quiso atenderle dijo que prefería que fueras tú. Ya que eras su médico —explicó divertida.

—Que estupidez —Jimin se volteó en la silla giratoria e hizo como si estuviera acomodando las recetas detrás de él.

Cuando en realidad lo había hecho para que no notara el pequeño sonrojo que había aparecido repentinamente en sus mejillas. ¿Por qué se ruborizaba? ¿Qué era, una maldita adolescente de quince años?

—Doctor Park, sé que debe estar ocupado, y por supuesto es completamente entendible pero... Usted fue el que tomó el expediente del paciente para hacerse cargo de toda su recuperación después de la cirugía —explicó amenamente. Lo que menos quería era hacerlo enojar—. En teoría...

—Ya lo sé, Lia. No tienes que repetírmelo —soltó un suspiro bochornoso—. Es solo qué... Demonios me siento tan extraño.

—¿Extraño? —preguntó curiosa—. ¿Cómo en qué sentido?

Jimin se sonrojó. Aunque Lia fuese sólo la enfermera de su equipo, ambos se tenían bastante confianza. Incluso fuera del área de trabajo, eran amigos y salían.

Aunque claro, en el trabajo tenían que mantener su estatus profesional de médico y enfermera.

—En el sentido de que... Me siento como tonto y débil, sus feromonas me hacen sentirme tanto tranquilo como excitado —confiesa avergonzado. Lia soltó una risita pero esperó que continuara—. No sé, no me sentía así desde que estaba con Chanyeol. Pero a diferencia de Chan, con él siento una extraña conexión. ¿Alguna vez te ha pasado?

—Hmm no. No exactamente. Mi último novio me trató de una cualquiera cuando supo que sus feromonas no me atraían tanto a la hora del sexo —ella ríe—. Pero te digo algo, Minnie, no porque Chanyeol haya sido tu esposo significa que era tu destinado. Recuerda que tu destinado está por ahí en cualquier lugar, y eso incluye la conexión que se siente al verlo por primera vez.

Jimin lo sabía. Chanyeol no era su destinado, él lo supo desde el momento en que estuvo en el altar y dio el "sí, acepto", pero era un buen amigo, así que supuso que su relación sería una mezcla de amistad amorosa, y no se equivocó porque realmente fue así.

Su matrimonio fue más como... Estar casado con su mejor amigo. Y quizá por esto mismo supo que no era su destinado. Aún así no le importó del todo, muy pocos omegas y alfas lograban encontrar su destinado, así que él podía vivir con ello.

—¿Qué quieres decir con eso?

Lia lo miró divertida.

—¿No lo has pensado por un momento, Jimin? —inquiere—. Cuando piensas en el paciente Jeon... ¿En qué piensas?

Sexo. Calor. Tranquilidad.

Fueron las primeras palabras que se le cruzaron a Jimin por la mente. Pero que no pensaba mencionar.

¿Por qué debería sentirse así por un paciente?

—No lo sé, yo... Es una mezcla de sentimientos extraños.

—Entonces deberías prestarle más atención a tu destinado, podría aparecer más pronto de lo que crees —le guiñó un ojo.

"Sino es que lo has encontrado ya" pensó divertida.

✧✦✧

—Buenos días, señor Jeon. Espero que haya amanecido bien. Sus heridas van en un buen progreso, debería recuperarse por completo en unos cuantos días más —Park entra a la habitación de Jungkook sin echarle un vistazo, recitando los avances que las enfermeras habían escrito en el expediente—. En la tarde podrá recibir visitas y mañana en la mañana empezará con una terapia. ¿De acuerdo?

Pero no obtuvo respuesta. Jimin seguía hablando observando el expediente, debía checar que el ritmo cardíaco, y el nivel de oxígeno fuesen los correctos.

—¿Señor Jeon? —preguntó, levantando su vista esta vez.

A Jimin casi se le corta la respiración. Efectivamente Jungkook estaba en la camilla mirándolo con atención, sin embargo, su pecho estaba al descubierto solo con unas cuantas gazas y parches que lo hacían más atractivo resaltando su abdomen marcado, sumándole la cicatriz de la cirugía.

El omega por supuesto que no se lo estaba comiendo con la mirada, pero tuvo el tiempo necesario para notar un pequeño tatuaje en la cadera, escondido entre la tela del bóxer. Algo dentro de él se remueve con impaciencia.

Jungkook sonríe divertido al notar silenciosamente el efecto que tenía sobre el doctor. Por supuesto que era bueno para él.

—Siga hablando, lo estaba escuchando —comenta seriamente.

—Ejem... Sí, yo... Como le decía... —se aclara la garganta, sintiéndose atrapado. Por alguna extraña razón siente su cara arder.

Había estado miles de veces en esas situaciones con alfas, donde llegaban completamente heridos y tenían que desvestirlos. Generalmente todos tenían un buen cuerpo, algunos musculosos, altos, la mayoría con el mismo patrón. Sin embargo no sabía que tenía Jungkook que hacía a su omega derretirse.

Su cuerpo estaba herido, cubierto de parches, gazas, vendas, con suero inyectado en la intravenosa de cada brazo... Pero aún así seguía viéndose delicioso.

—Esta tarde podrá recibir visitas —continúa, desviando la mirada.

—¿Cuándo podré irme de aquí? Mis heridas han comenzado a sanar. El cuerpo de un alfa se adapta rápidamente a las heridas, teniendo un proceso de sanación más rápido.

—En eso estamos de acuerdo, pero no podemos darle de alta. Al menos no todavía. La terapia que va a recibir será para acelerar el proceso de recuperación. Si contamos con suerte, quizá en una semana y media. Depende de como su cuerpo reaccione al tratamiento.

—Entiendo su punto, pero no soporto estar encerrado en estas cuatro paredes... Me asfixia —suelta un gruñido molesto que hace a Jimin sentirse mareado, con unas inmensas ganas de mimarlo.

Eso era completamente nuevo para él... ¿Estaba enfermando? Era prácticamente imposible.

—¿Y estar semidesnudo a qué se debe o cómo por qué? —soltó de repente.

En realidad no era lo que tenía en mente, pero algo dentro de él sólo... Lo hizo soltarlo.

—Ah... Te refieres a eso —suelta una risita—. ¿Por qué, no está disfrutando de la vista? —comenta seriamente, cómo si realmente estuviera hablando en serio. Era demasiado atrevimiento para Jimin.

—¿Perdón? —suelta Park medio ofendido, medio sorprendido, porque en realidad sí era cierto pero no pensaba confesárselo—. Señor Jeon, si está insinuando déjeme decirle que esto solo es para documentación médica.

—Ahora así se le llama a la mirada descarada —ríe entre dientes. Y un sentimiento molesto se coló en el omega, con ganas de golpearlo. ¿Pero que podía hacer? No era mentira después de todo.

—Tú... Agh. Ya basta. Cumplí con venir aquí porque al parecer querías un doctor, ahora que estoy aquí, ¿qué quieres? El que estés hospitalizado no significa que puedes hacer perder el tiempo de los médicos con peticiones estúpidas como esta. No estás en condiciones de pedir el servicio específico de un doctor. Si yo estuviera ocupado, ¿crees que realmente hubiera venido aquí solo por ti?

—Pero lo has hecho —contraatacó.

—Para tu buena suerte estaba desocupado, solo por eso. Pero no pienso seguir cumpliendo tus caprichos de venir aquí solo porque quieres. ¿Hay algo más en lo que le pueda ayudar? Tengo otros pacientes que atender.

—En realidad sí es por algo importante... —comenta. Se reincorpora ligeramente de la cama y señala las puntadas en una de sus costillas. Jimin se acerca para observarlo mejor—. Me está irritando la piel, no sé si es porque la herida está comenzando a sanarse pero realmente da picazón y ardor.

—Hmm, ya veo... —el doctor se sienta en la camilla a su lado y revisa la herida de cerca, pasando ligeramente la yema de sus dedos por el hilo—. Se supone que está desinfectado, no tendría porque dar picazón o ardor. Aunque quizá también es el hecho de que la herida se está cerrando, siempre dará comezón —da una observación, tomando el expediente en sus manos para apuntarlo en las notas.

—¿Entonces...? —Jungkook levanta la mirada, encontrándose muy de cerca con la de Jimin.

Por primera vez después del desastroso encuentro, ambos se miran detenidamente a los ojos, con sus respiraciones tranquilas. En realidad, esta vez Jungkook no lo había hecho para molestarlo, solo quería dejar saber su molestia porque comenzaba a picarle demasiado, al grado de querer arrancarse el hilo de la herida.

La mirada de Jimin baja disimuladamente a sus labios por microsegundos. Y Jungkook siente una necesidad por acercarlo a su pecho y brindarle su protección. Park no olía a omega marcado, ni tampoco con feromonas de alfa impregnadas en su cuerpo. Estaba libre para dar el primer paso.

Aún así se sentía algo inseguro de ello.

—Mmm, ¿se debería de retirar? —Jeon relame sus labios, muy cerca de la boca de Jimin. Este aún estaba sentado a su lado, con sus manos tocando su pecho.

Jimin estaba perdido en el espacio, el ambiente se vuelve algo pesado entre ambos, pero sintiéndose extrañamente tranquilo.

—No, no es necesario... —la voz del omega se vuelve cada vez más débil. Ambos hablaban casi susurrándose el uno al otro, quizá para no perder ese corto espacio entre sus labios.

Increíblemente era bastante agradable.

—¿Qué me puede resetar, doctor Park? —baja su mirada descaradamente hacia sus labios, murmurando. Jimin cierra los ojos ligeramente y suspira.

No. No estaba pasando. No en una habitación donde en cualquier momento podrían ser pillados.

¡Era un paciente! Si un pacto había que sacar a flote, era el de Park Jimin con el hospital. Siempre se había prometido que nunca se metería con un paciente. Jamás de los jamases.

¿Entonces qué demonios estaba haciendo en ese momento? Coqueteando implícitamente en susurros, sintiendo la respiración ajena muy cerca de sus labios.

—Ejem... —se aclara la garganta y se aparta, siendo el primero en cortar aquel ambiente. No quería continuarlo porque a como estaba su omega de alborotado, terminaría por lanzarse a sus labios—. Le resetaré una crema que le ayudará a cerrar más rápido la herida y que el hilo no escoza tanto. En unos días se le quitará —se levanta de la camilla.

Jungkook lo observa fijamente. Algo había en ese omega que... Simplemente no podía quitar sus ojos de él.

—¿Doctor Park?

—Dígame, señor Jeon.

—Oh por favor, basta. Me he controlado lo suficiente para no mencionarlo pero no me llame así. Señor Jeon es mi padre, yo apenas tengo veintitrés años, me hace sentir viejo —frunce el ceño—. Solo dígame Jungkook.

Jimin dejó escapar una risita ante su molestia por el apodo.

—Muy bien, Jungkook. ¿Hay algo más en lo que pueda atenderte hoy?

—¿Cuántos años tienes? —pregunta curioso.

—¿Realmente era para eso? —Park frunce el ceño, dándose cuenta que quizá estaba cayendo en su juego.

—Solo curiosidad, en realidad me pareces bastante joven para ser doctor, considerando que la carrera de medicina se lleva ocho años, y nunca se termina de aprender por completo —opina, y Jimin se siente sorprendido por su pensamiento. En realidad, era bastante acertado.

—Muy bien, ¿cuántos años crees que tengo?

—Por tu rostro, quizá veinticuatro, o veinticinco. Pero es imposible que tengas esa edad por tu profesión. Debes tener quizá... Treinta y cinco años o más.

—¡Dios mío no! No soy tan viejo —comenta dando un pequeño puchero—. Pero diste una observación bastante cercana, tengo treinta años, este año los cumplo.

—¿Y cuál es la diferencia? —enarca una ceja, divertido—. Estás viejo. Aunque esas arrugas en tus ojos son encantadoras...

—¡Eres un idiota! —Jimin frunce el ceño, y se aleja de él—. ¿Sabes qué? Si eso era todo entonces me marcho, tengo otros pacientes que atender y tú no estás haciendo nada más que atrasarme.

—¿No eres algo viejo para no tener hijos o esposo? —Jungkook ignora por completo el hecho de que Jimin está molesto por insinuación y trata de sacarle conversación por algún motivo. En realidad... Se veía que tenía bastante secretos que de algún modo u otro, pensaba descubrir—. No lo sé... Los omegas a tu edad buscan una pareja estable para formar una familia.

—¿Bueno y eso a ti qué te importa? Estoy muy ocupado salvando vidas como para preocuparme en cosas insignificantes. Y déjame decirte que eso es discriminatorio de tu parte, ¿por qué mi edad tiene que ser un inconveniente para formar una familia? Así como estoy, estoy bien. Puedo pensar en ello más adelante. Tú seguramente eres de esos alfas idiotas que creen que los omegas deben servir al hogar, que todos quieren un hijo o casarse. Estás muy equivocado, pero bueno, ¿qué se puede esperar de un cachorro alfa como tú?

Jungkook ni se inmutó. No lo decía por ofenderlo, sólo que quizá era bastante curioso o extraño que a su edad no estuviera comprometido o casado.

Generalmente a esas edades los omegas comenzaban a planear un futuro con su alfa. Y no era porque estuviera siendo anticuado, pero estaba biológicamente comprobado que después de una cierta edad, desde los veintisiete hasta los treinta, los celos de los omegas comenzaban a ser más intensos, con la idea de quedar en cinta. Y después de los treinta años, los celos se volvían insoportables, puesto que el organismo del omega, y tanto el omega pedían un cachorro a toda costa.

Que un omega de treinta años en adelante dijera que no quería una familia todavía, estaba bien. Pero biológicamente su cuerpo cambiaba, al igual que el ciclo de los celos y la intensidad, todo con el propósito de embarazarse. Además de que los supresores se volvían casi inútiles. Por eso la mayoría de los omegas tenían su vida resuelta a los veintiocho años o menos.

—Doctor Park, no lo decía por ofenderlo. Pero usted mejor que nadie sabe que los celos, y su propio cuerpo cambia después de los treinta años sin tener un solo cachorro. El organismo del omega se vuelve más sensible, e incluso los supresores se vuelven casi inútiles. Por no mencionar también que los celos son intensos, largos y dolorosos.

Por supuesto que lo sabía. Su cuerpo hace mucho había entrado en esa etapa. Y cada vez que entraba en celo era un completo infierno. Porque ahora que no tenía a Chanyeol a su lado, tenía que soportarlos.

Lo cual era una tortura porque su cuerpo sí exigía tener a un alfa para criar un cachorro. Jimin realmente quería tener uno, y gritaba de dolor cuando el celo llegaba a su punto más alto porque no tenía a nadie que le ayudara.

Si no estuviera lo suficientemente cuerdo, estaba seguro que saldría a la calle a buscar al primer alfa que se le cruzara.

—Lo sé —es lo único que logra articular.

—Acaso... —Jungkook lo mira fijamente—. ¿No puede tener hijos?

Porque un omega a esa edad para que no quisiera formar una familia, o debía estar operado, o era estéril.

—Mañana a las diez de la mañana será su terapia. Las enfermeras le ayudarán a bañarse —Jimin dio por terminada la conversación con este último aviso, saliendo de la habitación rápidamente.

Jungkook se quedó pensativo. Por alguna razón no podía dejar de pensar en ese doctor omega y todos los secretos que podía tener acerca de su edad y la familia. Fuese motivo personal o médico, el alfa estaba interesado en él, y nada lo iba a retroceder.

✧✦✧

—Paciente Jeon, ¿se puede? —la enfermera que se había encargado de llevarle la cena, había vuelto para recoger los platillos y cubiertos.

Jungkook había dejado más de la mitad de los platos sin probar, la comida de hospital era lo más horrible que podía existir en el mundo de la gastronomía.

—Sí, gracias —mencionó apenas, dejando de lado la mesita.

—Muy bien, procederé a llevarme esto. ¿No comerá más? —Jungkook da una mueca de disgusto y la enfermera ríe. Lo entendía—. La comida está libre de condimentos, y sal, lo sé, comerla es un verdadero reto pero si quiere mejorar pronto, deberá alimentarse correctamente —comentó con amabilidad, antes de salir—. Le deseo una pronta recuperación.

—Espere... ¿Podría preguntarle algo?

La chica se detuvo confusa pero asintió.

—¿Qué se sabe del doctor Park? —inquiere con tranquilidad.

Ella lo miró sorprendida, en realidad no se esperaba para nada una pregunta así. ¿Pero a que se refería exactamente con "saberse"?

—¿Se refiere a su vida privada, su travesía en el hospital, en su carrera como doctor o...?

—Un poco de varias... ¿Está casado? —va directo al grano.

La enfermera, cuyo nombre era Meiling, evitó soltar un "ah, así que era eso". Ella sonríe amable, adivinado por donde iban sus intensiones.

Un paciente alfa que no tratara de cortejar a Park Jimin en el hospital era bastante extraño, o era porque estaba casado, viudo, o comprometido. Pero generalmente Jimin era bastante apetecido.

Sonaba mal, pero las miradas que le dedicaban, no eran sanas después de todo.

—No, él es divorciado desde hace dos años. Su ex esposo es doctor y trabaja en este mismo hospital. Si lo piensa cortejar, le advierto que el doctor Park no sale con pacientes. Además, ten cuidado de su ex esposo, puede que no sean nada pero... Solo pequeñas advertencias —ella sonríe, colocando su dedo índice en sus labios, con una expresión de "Shhh".

—Pero en ese matrimonio... no hubo hijos, ¿cierto?

Ella negó.

—Puede haber sido decisión suya, o de su, en ese entonces, esposo. Pero no, no tiene hijos.

Jungkook sonrió. Bien, era todo lo que necesitaba saber.

—Muchas gracias.

—No es nada. Pero eso sí, si lo vas a cortejar, sé cuidadoso con lo que dices, no querrás salir en muletas del hospital luego de recuperarte —ella se carcajea y sale de la habitación, sin que el alfa le respondiese.

Todos conocían el carácter de Jimin, y este era bastante terco. Pero nada que Jungkook no pudiera someter. Había tenido omegas igual o peores, y esta vez no sería la excepción.

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